Cuando tenemos a nuestro niño interno herido y no hemos sanado nuestro pasado, las relaciones se ven directamente afectadas.
Ese niño herido va a intentar compensar sus carencias y necesidades a través de los demás, y por ello crea una enorme cantidad de expectativas inconscientes.
Para que una relación sea sana hemos de aceptar al otro tal como es y no estar con la enorme tensión interna que generan las expectativas.
Por eso es importante resolver nuestro pasado y estar en paz con nosotros mismos, porque es la única manera de estar realmente en paz con los demás.
Y para eso es importante tener claro que somos nosotros mismos quienes hemos de atender las necesidades y demandas de nuestro niño interior.
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