lunes, 20 de mayo de 2019

RECUPERAR LA DIGNIDAD.



Hemos de recuperar nuestra dignidad como seres humanos y hacer de ello una prioridad.

Venimos de un mundo en el que se buscaba educar en la baja autoestima para favorecer la sumisión de las personas, un mundo en el que se nos decía además que veníamos ya con la mácula del pecado.

Y nos movemos en una sociedad que trata a las personas como números, como objetos, como simples consumidores o piezas de un sistema económico.

Venimos de unas relaciones en las que tendemos a tratar a los demás como medio en lugar de como fin, en las que buscamos que el otro atienda nuestras propias necesidades.

Es el momento de comprender la necesidad de trascender todo ello y de comprender, también y sencillamente, que lo que necesitamos es sentirnos dignos y merecedores de ser amados y, sobre todo, dignos de amar.

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