Cuando uno se encuentra mal es prioritario hacer un alto en el camino para intentar ver qué es lo que está pasando.
Siempre somos nosotros quienes mejor podemos verlo, aunque a veces podamos necesitar una ayuda para ello.
Incluso cuando, a través de esa ayuda, nos dicen que es lo que puede estar pasando, la clave siempre va a ser verlo por nosotros mismos. De no ser así no tomaremos las medidas adecuadas para resolverlo.
Y eso es así, sencillamente, porque el malestar es nuestro y es interior. Cuando nos limitamos a quejarnos tomamos la actitud infantil de pensar que otros me lo pueden resolver.
Precisamente, una de las mejores cosas que podemos hacer por nuestros hijos, es ayudarles a que vean por ellos mismos sus problemas y a que, también ellos, intenten encontrar una solución.
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