El amor tiene más que ver con un estar relajado frente al otro, que con el esfuerzo y la tensión de intentar complacerle o de tener la buena intención de"amarle".
Y esa actitud relajada tiene que ver más con la confianza en nosotros mismos que con la confianza en el otro. Es esa confianza interior la que nos permite abrirnos y confiar en los demás y en la vida.
Cuando nos esforzamos en amar y en llevarnos bien, solemos envíar todo lo que no nos encaja y nos molesta del otro al inconsciente, y desde ahí sigue actuando en nosotros.
En realidad, de lo que se trata es de ver qué es lo que me muestra de mí mismo eso que molesta del otro, qué conflicto o aspecto interno no resuelto me ayuda a ver. Porque el otro es nuestro mejor espejo.
Y es que considero que nuestra voluntad ha de orientarse a sanar esos conflictos internos que nos bloquean nuestro amor natural hacia el otro, que nos impiden vivir serenos y en armonía con nosotros mismos.
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