martes, 16 de mayo de 2017

EL NIÑO HERIDO Y SUS MANIFESTACIONES


Nuestro niño interior herido se nos suele manifestar en forma de actitudes infantiles en nuestra vida: rabietas, "prontos", victimismos, discusiones por nada, etc.

Cuando esas actitudes salen, lo que nos están indicando es que hay aspectos de nuestra infancia que claramente no están resueltos y que, además, hemos de mejorar nuestra relación con el niño que fuimos.

Porque esos aspectos no resueltos condicionan nuestra vida y nuestra labor, ya que de una forma u otra, y normalmente de forma inconsciente, vamos a intentar que la realidad externa compense esas carencias que arrastramos.

Lo que hace que nuestra relación con la realidad y con los demás esté condicionada por esa situación y que nos dificulte de una forma importante nuestra libertad y el respeto por la libertad de los otros.

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