Cuando somos capaces de ir más allá del juicio, nos entregamos al flujo del amor.
El juicio siente las diferencias con el otro y pone "peros" antes de amar. Está relacionado con un tipo de amor condicional: "Te amo si..."
El amor incondicional fluye y se entrega sin más, como una pura emanación de lo que somos. No mira nunca al pasado, a qué es lo que pasó o quién hizo daño a quién.
En mi caso, no renuncio tampoco a esa información. Me permito ver las torpezas realizadas por cada uno de nosotros en este juego de máscaras que es la vida.
Pero siempre sabiendo trascender a ese amor incondicional, siempre amando la naturaleza beatifica y luminosa que habita en el interior de cada una de las personas.
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