lunes, 15 de mayo de 2017

NO HEMOS VENIDO A SERVIR


No has venido a atender las necesidades de otras personas sino a realizar ese potencial que hay dentro de ti. Y, muchas veces, ambas cosas son incompatibles.

Cuando anteponemos las necesidades del otro a las nuestras, negamos nuestro camino de evolución personal. Y cuando desplegamos nuestro potencial es cuando estamos en disposición de dar a los demás lo mejor de nosotros mismos.

Pero para eso una cosa es esencial: la libertad de poder ser quien somos y nunca quienes los demás esperan que seamos.

Por eso, a veces, es preciso renunciar a determinadas relaciones que intentan condicionarnos demasiado, y acercarnos a otras que nos lo facilitan, que respetan siempre nuestra libertad.

Y es importante, por nuestra parte, ser también conscientes de permitir y facilitar a los demás el que desplieguen su potencial, teniendo el cuidado de no utilizarles nunca como meros instrumentos a nuestro propio servicio, y procurando respetar siempre esa libertad sagrada.

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