Hay momentos complicados de vivir, en los que todo parece estar confuso y en los que no sabemos muy bien qué hacer.
En esos instantes, lo prioritario es mantener la calma y permitir que las aguas vayan sosegándose para poder ver así su fondo con una mayor claridad.
Normalmente en esas situaciones solemos hacer lo contrario, nos sentimos con la necesidad de resolver cuanto antes, de salirnos de ella.
Nuestra incomodidad nos lleva a querer pasar página a toda prisa sin detenernos a ver qué es lo que esa situación trae para nosotros, su significado intrínseco.
No nos damos cuenta de que si estamos viviendo eso es porque es algo que teníamos que vivir y que todo puede ser para bien en nuestra vida.
Detente. Respira. Y contempla, desde tu calma, lo que este preciso momento trae en exclusiva para ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario