¿Estamos realmente dispuestos a cambiar y a evolucionar?
Normalmente, lo que nos lleva a querer evolucionar es una insatisfacción o malestar ante nuestra vida, el que haya cosas que no nos gustan de ella.
Pero eso muchas veces no es suficiente, porque lo que buscamos más bien es que desaparezca eso en concreto que nos molesta y que, en la mayoría de los casos, no es sino reflejo de algo más profundo que es lo que necesita cambiarse o sanarse.
Y sin embargo ese otro cambio mas profundo no lo deseamos. No deseamos transformar la causa sino sólo aliviar los síntomas.
En esas circunstancias es cuando el cambio se resiste a llegar a nuestras vidas. Tan sencillo como eso, si hay cambios en tu vida es porque quieres cambiar, y si estos no acaban de llegar, es que, en el fondo, quieres seguir como estabas.