Vivimos obsesionados con mantener nuestra autoimagen, como si eso fuera lo mismo que tener una sana autoestima, y no es así.
Sostener la autoimagen es sostener la imagen creada de nosotros mismos. Y es algo que se vive con permanente tensión, con la tensión de sostener algo que no es del todo cierto.
La autoimagen está enfocada en el exterior y vivimos como amenazas la imagen negativa que otros tengan de nosotros o sus críticas.
La sana autoestima es distinto, se basa en la consciencia de nuestro valor interno, más allá de lo que se piense desde fuera. No es algo que tengamos que sostener, sino algo real que se sostiene por sí solo.
Es importante, pues, dejar de centrarnos en la autoimagen, asociada a la obsesión por definirnos, y poner nuestra energía en la autoestima que tiene que ver más con el autoconocimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario