Mi proceso de aprendizaje es un tanto peculiar.
Procuro basarme, principalmente, en mi propia observación y en las conclusiones que llegue a partir de lo que observo.
También mi intuición es esencial para ir hilvanando una visión en conjunto de la realidad que me rodea e ir dotándola de sentido.
No busco definir demasiado, ni que mis conclusiones sean cerradas o definitivas, no son dogmas. Siento que todo es un proceso de investigación abierto en el que hay que moverse con la mayor honestidad que uno pueda y dispuesto a corregir lo que se descubra como equivocado.
Y procuro además que todo se mueva en una línea coherente con la línea o camino que sigo, una línea siempre abierta a lo que vaya surgiendo pero coherente, porque soy consciente de que sólo desde la coherencia puede uno ayudar a aportar un poco de claridad en todo este panorama.
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