Hay personas que se inician en el camino de la evolución consciente como un nuevo campo virgen en el que acomodar sus viejas fantasías.
Se hace eso cuando uno se siente desengañado de los viejos campos en los que intentó sostener esas infantiles ilusiones.
Pero el camino de la evolución personal lo que busca, precisamente, es que abandonemos el cascarón de esas fantasías que nos impide acceder a la realidad.
Porque la realidad es el único terreno en el que podemos compartir de una forma auténtica con los demás. Son las fantasías las que son particulares y las que nos impiden llegar de una forma más profunda a los demás.
Una de las claves para evolucionar está, pues, en preguntarnos si estamos dispuestos a abandonar aspectos importantes de nuestra forma de ver el mundo en el caso de descubrir que no son ciertos y que nos mantienen atrapados.
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