Cada ser vive la vida según la entiende, según el nivel de comprensión y evolución que tiene.
Hay quienes tienen una visión muy superficial de la vida y rechazan hacer cualquier tipo de profundización. No es que busquen no complicarse la vida, es que no quieren ver la complejidad que vivir supone.
Y otros que sí que sienten la necesidad de una comprensión más en profundidad, que buscan realizar el potencial que sienten que llevan dentro y conseguir vivir más en armonía.
Profundizar no es complicarse la vida sino al contrario, la vida ya es compleja y es la profundización la que nos permite ir simplificando y soltando aquellos elementos que son accesorios e innecesarios, la que nos permite ir a lo esencial.
Esto es algo que a muchos les cuesta entender, nuestra mente es como un ovillo que se ha liado y que pacientemente hemos de ir desanudando. Cada cual con su propio ovillo.
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