Una relación es real cuando nos conocemos a nosotros mismos y conocemos también al otro. De no ser así, no es mas que la ficción que se da entre dos imágenes, la que tenemos de nosotros y la que tenemos del otro.
En lugar de obsesionarnos por cómo queremos que el otro sea y se comporte, deberíamos centrarnos en comprender como es él realmente.
La creación de expectativas sobre los demás condiciona demasiado nuestras relaciones y es, también, un claro síntoma de inmadurez emocional.
Amar a alguien implica aceptarle tal y como es y eso implica conocerle y no tener expectativas de que sea otra cosa.
Porque, cuando conoces a alguien, ya sabes a que atenerte y puedes ajustar tu actitud a lo que creas debas hacer en esa relación real.
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