Hay ocasiones en nuestra vida que pudiera parecer que no estamos a la altura de las circunstancias, y nos castigamos por ello.
Como si en realidad hubiera un modo de respuesta perfecto para cada ocasión.
Hemos de darnos cuenta de que respondemos como podemos en esos momentos, y que la respuesta que damos es también un síntoma del punto de evolución en que nos encontramos.
Es muy importante aceptar con humildad que somos seres en continuo proceso de aprendizaje y crecimiento y asumir, así, nuestra perfecta imperfección.
Cuando aprendemos a ser más comprensivos con nuestras limitaciones, aprendemos también a serlo con las limitaciones naturales de los demás.
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