Hay aspectos que van revelando cambios en nuestra sociedad que vienen del resurgir de lo femenino. Aunque veamos aún resistencias del patriarcado a dejar de dominar, también podemos ver estas señales.
Así, podemos ver como cada vez hay más una tendencia natural a sentirnos iguales. Más allá de las desigualdades económicas que se siguen favoreciendo, las personas empezamos a mirarnos a los ojos como iguales a los demás.
Otra es la conexión cada vez mayor con nuestro mundo emocional, algo que se va viendo en la educación de los niños que va incorporando el conocimiento de ese mundo emocional en sus vidas.
Y también la tendencia, cada vez mayor, al amor incondicional, aquel que respeta a los demás tal y como son y que no tiene la necesidad de rechazarlos o excluirlos por no ser aquello que queremos que sean.
Son señales y características que nos vienen de la polaridad femenina y que, poco a poco, van entrando y transformando por completo nuestra sociedad.
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