Hemos de saber respetar los procesos de los demás, sean estos cuales sean.
En mi labor procuro ayudar a otras personas a evolucionar a través de un cambio de conciencia que les permita aprender sin tanto nivel de sufrimiento, comprendiendo lo que se vive.
Pero hay veces que la persona necesita aprender de la experiencia directa, como si dijéramos necesita darse el golpe o vivir el trauma para reaccionar.
Y, aunque uno pueda intuir la sucesión de acontecimientos que van a suceder, uno no puede intervenir, no puede sobreproteger. Suelo ofrecerme o insinuar, pero nada más. Si la otra persona insiste, respetuosamente me hago a un lado y le permito su experiencia.
Porque, por otro lado, muchas veces no sirve la experiencia ajena, y es uno quien necesita pasar en primera persona por esos procesos para hacer evidente lo que aún no ha sido resuelto.
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