Muchas veces observo que algunas personas critican duramente la condición humana, su carácter depredador y abusivo frente a la naturaleza, frente a los animales o a sus propios semejantes.
Y veo como en muchos casos eso viene en forma de enfado, de rabia frente a tanto sin sentido.
En mi caso, más que enfado me produce tristeza. Siento, de verdad, que no hay maldad tras ello, que simplemente es pura ignorancia, que aún no sabemos hacerlo mejor.
Creo profundamente que de las especies de nuestro planeta, la humana es, con mucha diferencia, la que más sufre de todas.
Y creo que es porque no sabemos aún usar ese instrumento maravilloso que es nuestra propia consciencia. Somos aún como un bebé dando sus primeros pasos, caída tras caída.
No hay comentarios:
Publicar un comentario