Considero esencial la coherencia, no hacer aquello que, a nuestro entender y en nuestro interior, no sentimos como adecuado o correcto, no hacer algo que vaya en contra de lo que pensamos o sentimos.
Pero eso nada tiene que ver con hacer sólo lo que nos apetece o nos gusta. Esto último revela una actitud bastante inmadura y confundir la coherencia con esto revela una importante confusión mental.
Cuando asumimos la responsabilidad sabemos que hay cosas que nos puede gustar menos hacer pero que nos corresponde hacer, y, ahí, lo coherente con nosotros mismos es hacerlas.
Y en el terreno de la evolución consciente tener esto claro es importante porque habrá muchos pasos que no nos sean agradables de dar y muchas decisiones que nos cueste tomar y que, por coherencia, tengamos que hacerlo.
La coherencia supone conocernos a fondo e implica la madurez de asumir la responsabilidad que nos toca. No la que les toca a otros, ni tampoco eludir la nuestra, sino responsabilizarnos de aquello que realmente nos corresponde a nosotros.
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