No hay garantías de que uno llegue en esta vida al final del camino de evolución, pero sí hay evidencias del camino realizado.
Hay quien se obsesiona con ese final del camino y con la necesidad de que se les garantice que se llegará, sin eso no sienten que merezca la pena intentarlo.
Siento que tener en cuenta el punto al que nos dirigimos es importante, pero no es nunca la única razón para hacer ese camino, el hecho de recorrerlo tiene sentido por sí mismo.
Y uno es capaz de apreciar en que forma va transformándose su vida y lo que vas descubriendo en ella. Y también como la madurez en la visión viene acompañada normalmente de una mayor calma y un estar más centrados.
Porque además, las fases más profundas y evolucionadas de ese camino, eso que suele llamarse iluminación, está más allá de nuestra propia voluntad egoica, acaece por sí solo cuando llega el momento, como el fruto cae del árbol cuando está realmente maduro.
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