Las relaciones con los demás no deben absorbernos completamente y menos impedir nunca una sana relación con nosotros mismos.
Es capital tener algún momento para nuestra intimidad, para poder ver y reflexionar sobre cómo nos encontramos o sobre las experiencias que vamos viviendo.
Quienes buscan evadirse en las relaciones procuran hacer lo contrario, quedar absorbidos por la vida cotidiana y por los pequeños asuntos que exigen nuestra atención en esa cotidianidad.
Para ser nosotros mismos necesitamos relacionarnos con nosotros mismos, y eso suele conllevar poder pasar tiempo a solas con nosotros mismos, con nuestros pensamientos y emociones.
Y desde ahí es desde dónde nos podemos relacionar mejor con los demás, desde dónde podemos compartir y comunicarnos de una forma mas saludable con los otros.
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