La comunicación requiere de una cualidad autoafirmativa de expresar lo que sentimos y pensamos, y de otra cualidad receptiva para escuchar lo que piensa y siente el otro.
Cuando no nos atrevemos a expresarnos por miedo al juicio o al rechazo de los otros, o por no molestar, estamos negándonos a nosotros mismos.
Y cuando nos negamos a escuchar al otro, lo que tiene que decir y aportar, estamos negando al otro.
Para que la comunicación pueda ser posible hemos de unir esos dos elementos, emisión y recepción, que, como las dos fases de nuestra respiración, representan nuestro equilibrio interno.
Por otro lado, para poder hablar de lo que siento o pienso, necesito tener una sana relación conmigo mismo que me permita saber eso que pienso o siento, y es entonces, desde ese conocimiento de lo que soy, que yo puedo escuchar y llegar a comprender al otro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario