La mayoría de nosotros tiene un concepto de sí mismos que se crea en la infancia, seamos o no conscientes de él.
Y es a partir de ese autoconcepto que concebimos la vida y las posibilidades que ésta nos trae. A partir de eso, también forjamos un código de valores que refuerzan esa personalidad.
Es como un traje que llevamos puesto y con el que acabamos identificándonos. Pensamos que somos eso y que no podemos ser otra cosa, que no podemos quitarnos o modificar el traje.
Y es, precisamente, cuando empezamos a cuestionarnos la imagen creada de nosotros mismos, cuando abrimos las puertas de nuestra vida a nuevas posibilidades, cuando somos capaces de ir más allá de los limites que nos impedían crecer.
¿Eres capaz de cuestionar la imagen que tienes de ti mismo? ¿Eres capaz de verla desde fuera?
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