Poco a poco, la mentalidad del "sacrificarse por otros", del obedecer, o de la culpabilidad o el victimismo, va siendo sustituida por la mentalidad de la responsabilidad sobre mi vida.
Y eso implica que vamos madurando como individuos, que por fin vamos comprendiendo el papel principal que nos corresponde en la historia de nuestra vida.
Y también implica que vamos hacia un modelo de sociedad más adulto en el que la persona no esté para servir a esa sociedad y, sobre todo, a los intereses de unos pocos, sino que sea la sociedad la que tenga que ser respetuosa con los intereses de la persona.
Vamos a una sociedad de personas responsables que no confían, sin más, a ninguna autoridad los temas que son esenciales en su vida.
La clave está en cómo se va a ir produciendo ese cambio, y si realmente la mayoría de las personas está dispuesta a asumir su responsabilidad. Lo anterior ya no nos sirve, eso está quedando claro, y la cuestión es si estamos maduros para hacer, entre todos, ese cambio.
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