Es muy distinto definirse a sí mismo que conocerse a sí mismo.
Lo primero tiene que ver con el ego y también con el tema de la pertenencia. Definirse es delimitarse, marcar los límites de mi territorio, y, en buena medida, lo solemos hacer señalando las diferencias frente a los otros.
Nos definimos al sentirnos de izquierdas o de derechas, español o francés, católico o munsulmán, del barça o del real madrid...
En el autoconocimiento yo voy integrándome con todo y trascendiendo mis límites permanentemente, a medida que me voy coniciendo más y mejor. Es un proceso de crecimiento constante hasta la infinitud que somos.
En el proceso de evolución consciente, lo importante es siempre el autoconocimiento y se deja de lado la necesidad de definirse con etiquetas, porque, en el fondo, cualquier definición es siempre una careta adquirida y artificial que no nos deja ver lo que realmente somos.
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